«Plena revelación», por Stephen King

Prólogo a Blaze de Stephen King (Richard Bachman)

Querido Lector Constante:
Esta es una novela de baúl, ¿de acuerdo? Quiero que sepas esto mientras aún tienes en tu poder el ticket de compra y antes de que la ensucies con un poco de salsa o helado, lo que complicaría o haría imposible su devolución 1. Es una novela de baúl revisada y actualizada, pero eso no cambia su concepción básica. El nombre de Bachman aparece en ella porque es la última novela del período 1966-1973, los años de mayor productividad de este caballero. Durante aquellos años fui en realidad dos hombres. Stephen King fue quien escribió (y vendió) varias historias de terror para vulgares revistas eróticas como Cavalier o Adam 2, pero Bachman fue quien escribió una serie de novelas que no se vendían en absoluto. Entre ellas se incluían Rabia 3, La larga marcha, Carretera maldita y El fugitivo 4. Las cuatro fueron, al final, publicadas directamente en formato de bolsillo.

Blaze es la última de esas novelas primerizas; el quinto fragmento, si lo quieres así. Quizá, si insistes, solo se trate de otra novela de baúl de un escritor conocido. Fue escrita entre finales de 1972 y comienzos de 1973. Pensaba que era genial mientras la escribía y una mierda cuando la releí. Lo que recuerdo es que no llegué a enviarla a ninguna editorial, ni siquiera a Doubleday, donde había encontrado a un buen amigo llamado William G. Thompson. Bill fue quien más tarde descubrió a John Grisham, y fue Bill quien adquirió los derechos del libro que siguió a Blaze, un cuento retorcido pero bastante entretenido sobre un baile de graduación en el centro de Maine 5.

Olvidé Blaze durante años. Luego, después de que las otras obras de Bachman se publicaran, lo rescaté y examiné detenidamente. Cuando llevaba leídas las primeras veinte páginas, concluí que mi primera impresión había sido la correcta, y volví a colocarle el chador. Me parecía que la redacción estaba bien, pero la historia me recordaba lo que Oscar Wilde dijo una vez. Él apuntaba que era imposible leer Almacén de antigüedades de Dickens sin llorar de risa 6. Por lo tanto, Blaze quedó olvidado pero nunca se llegó a extraviar. Solo permaneció relegado en un rincón de la Biblioteca Fogler de la Universidad de Maine con el resto del material de Stephen King/Richard Bachman. Blaze terminó pasando los siguientes treinta años en la oscuridad 7. Entonces publiqué un escueto libro de bolsillo titulado Colorado Kid en la editorial Hard Case Crime. Esta línea de libros (idea original de un fantástico colega muy inteligente llamado Charles Ardai) estaba dedicada a resucitar viejas novelas negras y publicar nuevas historias de crímenes en formato de bolsillo. Kid era decididamente indulgente, pero Charles decidió publicarla de todas formas, con una de esas geniales portadas antiguas 8. El proyecto completo fue un gustazo, salvo por lo lentas que fueron las liquidaciones 9.

Cerca de un año más tarde, pensé que me gustaría volver al redil de Hard Case, posiblemente con algo más fuerte. Mis pensamientos se volvieron hacia Blaze por primera vez durante años, pero siempre se me aparecía la maldita cita de Oscar Wilde sobre Almacén de antigüedades. El Blaze que recordaba no era una dura novela negra, sino un drama lacrimógeno. Aun así, resolví que no dolería echarle un vistazo. Siempre y cuando pudiera encontrar el libro. Recordaba la caja de cartón, y recordaba el característico tipo de letra del texto (el de la vieja máquina de escribir que mi esposa Tabitha poseía en la facultad, una invencible Olivetti portátil), pero no tenía ni idea de lo que había sido del manuscrito que supuestamente estaba dentro de esa caja de cartón. Por lo que yo sabía, se había perdido, baby, perdido 10. Pero no. Marsha, una de mis dos estimadas asistentes, lo encontró en la Biblioteca Fogler. Ella no me dejaría el manuscrito original (yo, bueno, pierdo las cosas), pero me hizo una fotocopia. Cuando redacté Blaze, en la máquina de escribir debí de utilizar una cinta cercana a la muerte, porque la copia era difícilmente legible, y las notas en los márgenes eran poco más que borrones. Aun así, me senté y empecé a leer, preparado para sufrir las punzadas de la vergüenza que solo la versión joven de uno mismo puede proporcionarte.

Pero me pareció bastante buena, claramente mejor que Carretera maldita, la cual, en su momento, había considerado la definitiva ficción americana. No era una novela negra. Era, más bien, un intento de escribir una novela naturalista con crímenes como las que escribieron M. Cain y Horace McCoy en los años treinta 11. Pensaba que los flashbacks eran realmente mejor que las historias lineales. Me recordaban la trilogía Young Lonigan de James T. Farrell y la olvidada (pero sabrosa) Gas-House McGinty. Sin duda, contenía las tres P 12, pero había sido escrita por un hombre joven (tenía veinticinco años) que estaba convencido de que ESCRIBÍA PARA LA ETERNIDAD.

Retrato de Richard Bachman y ejemplares de sus novelas.


Pensé que Blaze podía ser reescrita y publicada sin demasiado rubor, pero probablemente no sería idónea para Hard Case Crime. De ninguna manera podría pasar por una novela policíaca. Pensaba que si la reescritura era despiadada, llegaría a ser una tragedia, aunque menor, sobre la vida de un pobre
desafortunado. Por eso adopté los tonos planos y secos que la mejor ficción negra suele utilizar, incluso usé un tipo de letra llamada American Typewriter para recordarme a mí mismo en qué estaba metido. Trabajé rápido, sin mirar nunca atrás o adelante; quería capturar la impetuosa energía de esos libros (estoy pensando más en Jim Thompson y Richard Stark que en Cain, McCoy o Farrell).

Decidí hacer las correcciones al acabar, a lápiz en lugar de en el ordenador, como dicta la moda actual. Si el libro iba a ser una vuelta al estilo del pasado, prefería adoptar totalmente la manera de escribir de aquellos años. También decidí desnudar cualquier sentimiento que pudiera haber en la narración, quería que el libro terminado fuera tan austero como una casa vacía sin ni siquiera una alfombra en el suelo. Mi madre habría dicho: «Quiero verle la cara de frente y desnuda». Solo el lector podrá juzgar si tuve éxito.

Por si te interesa (no tiene por qué; lo que tú esperas es una buena historia, y yo espero poder ofrecértela), todos los royalties e ingresos subsidiarios generados por Blaze se destinarán a The Haven Foundation, creada para ayudar a los artistas independientes que no han tenido mucha suerte 13. Otra cosa, ahora que te tengo sujeto por la solapa. He intentado mantener el marco temporal de Blaze lo más ambiguo posible, de manera que no parezca demasiado anticuado 14. No obstante, resultó imposible actualizar todo el material; algunas cosas eran importantes para la trama 15. Si piensas que el marco temporal de esta historia es «América, No Hace Tanto Tiempo», creo que tienes razón.

¿Podría cerrar el círculo donde comencé? Esta es una novela vieja, pero creo que me equivoqué en mi afirmación inicial de que era una mala novela. Puedes no estar de acuerdo… aunque no respecto a Almacén de antigüedades. Como siempre, Lector Constante, te deseo lo mejor, agradezco que leas esta historia, y espero que la disfrutes. No te diré que quiero que llores un poco, pero…
Bueno, sí, lo diré. Siempre y cuando esas lágrimas no sean de risa.

Stephen King (por Richard Bachman)
Sarasota, Florida 30 de enero de 2007

Texto original traducido por Javier Martos Angulo. Publicado en España por Plaza & Janés ©2008.

Digo esto porque doy por hecho que eres como yo y difícilmente te sentarás frente a una comida —aunque se trate de picar algo— sin tener un libro al lado.
2 Con una salvedad: Bachman, bajo el seudónimo de John Swithen, vendió un solo relato policíaco, «El quinto fragmento».
3 Ahora descatalogada, y eso es bueno.
4 Maleficio fue la siguiente novela de Bachman, y no fue ninguna sorpresa que me descubrieran, ya que fue realmente Stephen King quien la había escrito; la foto de autor falsa de la contraportada no engañaba a nadie.
5 Creo que soy el único escritor de la historia de la literatura en lengua inglesa cuya carrera se basó en compresas; esa parte de mi legado literario parece estar a salvo.
6 He tenido la misma reacción hacia Elegía de Philip Roth, Jude el oscuro de Thomas Hardy, e Hija de la memoria de Kim Edwards; en algún punto, mientras leía estos libros, empecé a reírme, agité las manos y grité: «¡Adelante el cáncer! ¡Adelante la ceguera! ¡Aún no han llegado!».
7 Pero no en un baúl de los de ahora, sino en una caja de cartón.
8 Una dama con los ojos repletos de problemas. Y, presumiblemente, éxtasis en sus pantalones.
9 También tuvo que ver la mala época que pasaron los libros de bolsillo, ahora que lo pienso.
10 A lo largo de mi carrera he logrado conservarlo todo salvo dos buenas novelas en proceso de creación. Under the Dome tenía cincuenta páginas cuando desapareció, pero The Cannibals tenía casi doscientas páginas cuando se perdió en combate. No había copias. Eso fue antes de los ordenadores, y nunca usaba papel carbón para los primeros borradores.
11 Y, por supuesto, es un homenaje a De ratones y hombres, no lo olvidemos.
12 Púrpura [purple], pulsaciones [pulsing] y jadeos [panting]
13 Para saber más acerca de The Haven Foundation, puedes visitar mi web www.stephenking.com.
14 No me gustaba la idea de que Clay Blaisdell creciera en la América posterior a la Segunda Guerra Mundial. Todo eso hubiera parecido exageradamente antiguo; sin embargo, parecía (y probablemente era) correcto fechar la historia en 1973, cuando mi esposa y yo vivíamos con dos hijos en una caravana.
15 Si la hubiera escrito en la actualidad, los teléfonos móviles y los GPS hubieran tenido que ser tenidos en cuenta necesariamente.

Comentarios

  1. Pues estas novelas escritas con el pseudónimo de Richard Bachman no están nada mal, por lo menos las que yo he leído. "El fugitivo" no obstante me parece bastante mala y apresurada; un cómic, pero de escasa calidad. Completamente plana y estereotipada: escrita sin entusiasmo y para cumplir. Creo que hay una película de 1986 sobre esta novela, "Perseguido", con Arnold cara de cemento, el musculitos austriaco. La película era muy divertida, mejor que la novela, y contenía una crítica estupenda, y profética, contra la telebasura, que además se ha cumplido. A King no parece gustarle "Rabia." A mí me encantó. En esto no coincido con el maestro. Esta historia de un estudiante desequilibrado y aplastado por el ambiente asfixiante de una pequeña población norteamericana que decide tomarse cumplida venganza a tiro limpio es estupenda; y breve, gran valor en un escritor que tiene tendencia a dilatar demasiado los argumentos de sus novelas. Recuerdo que "Rabia" incluía noticias de periódicos, notas informativas de la policía, informes médicos etc; era muy original en su contrucción narrativa, mezclando con habilidad la novela tradicional con un compendio de datos objetivos, desde fuera, sobre lo que pasó, lo que permitía distanciarse de la tensión dramática del libro, que era puro nervio. Recordaba un poco a "Carrie", con explosión final incluida, pero con un estilo áspero e hiperrealista, sin elementos sobrenaturales. King en "Rabia" escribió una verdadera crónica negra de la violencia cotidiana americana, en donde el criminal adolescente se convierte irónicamente en juez de la sociedad a la que agrede sin motivo aparente. "Blaze", "Carretera maldita" y "La larga marcha" están pendientes de lectura. Habrá que buscar un hueco para ellas.

    Saludos cordiales.

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    1. En las novelas de Richard Bachman observo más crudeza y pesimismo en la narración que en las novelas firmadas por Stephen King. Un claro ejemplo es la distópica «La larga marcha» en la que verás mucha frialdad en el modo en que retrata esa sociedad y las reglas del juego.

      La novela «El fugitivo» aún no la he leído; sí he visto la película con Arnold Schwarzenegger (otra distopía, por cierto) y me parece bastante entretenida y muy de su época. Aunque parece que, en realidad, se aleja por completo del material original. Tengo ganas de leerla, la verdad.

      No recuerdo si realmente a King le gusta «Rabia», tras retirarla del mercado dijo que se arrepentía de haberla escrito, pero no porque no le gustase sino por los sucesos que supuestamente desencadenó. Bien vista la comparativa con «Carrie», el aspecto más documental de la narrativa creo que hace que sintamos la historia como un hecho real, le da más verosimilitud.

      Hace poco leí «Blaze» y en esta, en cambio, la crudeza habitual de Bachman se reduce para que el lector sienta una mayor conexión y empatía con el protagonista (a pesar de que lo que hace es condenable). También se trata de una novela ya publicada con el nombre de King y pulió su estilo revisando el manuscrito original por lo que se entiende el cambio. Aquí no pretendía tanto diferenciarse como con las otras novelas.

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  2. Interesante. Carretera Maldita fue uno de mis primeros acercamientos a King. Me sorprendió para bien y tengo muy buen recuerdo, a falta de una relectura despues de tantos años es una de mis favoritas. La Larga Marcha siempre me ha llamado la atención y estuvo en mi mano el otro día (pero cargado con Salems Lot e It decidí dejarla en la estantería de la tienda para otro momento) así que de nuevo este artículo me ha despertado la curiosidad por la novela tratada. Una vez más maldito seas.

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    1. Aún tengo pendiente «Carretera maldita», pero me gusta el tono frío y las tramas generalmente distópicas de Bachman, por lo que estoy seguro de que disfrutaré leyéndolo.

      Tú sobre todo ves poco a poco y no te satures. Además, ya solo con «IT», tienes para largo rato. Pero, sin duda, apúntatela en la lista. «La larga marcha» es ligerita y con personajes adolescentes, lo que le da jovialidad a la lectura.

      Tus maldiciones las encajo con mucho gusto. ;)

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  3. De hecho en su ensayo armas King aclara que si bien retiro su novela Rabia del mercado, el no dijo que se arrepiente de escribir rabia. No he tenido el gusto de leer blaze, pero se disfruta que compartas estos textos de king.

    Largos días y gratas noches.

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    1. Así es, Stephen King no reniega de «Rabia» por el modo en el que está escrita (dejando a un lado que se trata de una novela de sus comienzos como escritor), sino que decidió retirar el libro por resultarle peligrosa en caso de que personas con una mente inestable la malinterpretasen.

      Te recomiendo mucho la lectura de «Blaze», que si bien no es tan cruda como otras obras de Bachman, tiene mucho ritmo y le coges cariño al protagonista. También se puede apreciar un paralelismo con «De ratones y hombres» de John Steinbeck.

      Saludos.

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