Reseña: “El misterio de Salem’s Lot” (1975)

Reseña de El misterio de Salem’s Lot de Stephen King

Antes del inesperado éxito que supuso Carrie, la primera novela de Stephen King en ser publicada, el autor ya tenía preparado el que sería su siguiente bestseller. Con ‘Salem’s Lot El misterio de Salem’s Lot (traducción al castellano de la obra que ha conocido más nombres como La hora del vampiroStephen King volvía a sorprender con un escalofriante relato cargado de elementos sobrenaturales, esta vez, inspirado en una de las creaciones más legendarias y arquetípicas de la literatura. Según cuenta el propio autor en la introducción a la edición ilustrada, durante una de sus clases en secundaria se sorprendió de lo bien que aguantaba el paso del tiempo la novela Drácula de Bram Stoker. Y una noche, durante la cena, se preguntó qué pasaría si Drácula regresara a los Estados Unidos del siglo XX. «Probablemente moriría atropellado por un taxi en Park Avenue», le dijo su esposa. Seguro que ella estaba en lo cierto, pero días después la idea seguía rondando en su cabeza y se le ocurrió que, en lugar de en Nueva York, podría aparecer en una pequeña ciudad rural adormecida. Uno de esos pequeños pueblos de Nueva Inglaterra en los que se crio. Y así surgió la semilla de ‘Salem’s Lot. No se dejó intimidar ante la advertencia de su editor sobre los riesgos que corría al ser encasillado como un autor de novelas de terror. Su respuesta fue firme: «No me preocupa cómo me llamen mientras las facturas no se queden sin pagar».

Traducciones aparte, esta novela fue rebautizada desde su génesis en multitud de ocasiones antes de ver la luz el 17 de octubre de 1975. En un primer momento King concibió el título Second Coming, rechazado rápidamente por su esposa Tabitha alegando que le sonaba como un manual de sexo. Más tarde pasaría a denominarse Jerusalem’s Lot (años después publicaría un relato corto con este mismo título), pero tampoco cuajó y desde la editorial se propuso acortar el título a ‘Salem’s Lot, prescindiendo así de cualquier posible alusión religiosa.


Portadas de El misterio de Salem’s Lot de Stephen King

Portada original de ‘Salem’s Lot y su reedición de 2005 con ilustraciones y contenido extra © 1975, 2005 Doubleday.


Argumento

Ben Mears es un escritor que regresa al pueblo de ‘Salem’s Lot, en Maine, lugar donde pasó los momentos más felices de su infancia y también uno de los peores días de su vida. La misteriosa casa de los Marsten ha invadido sus pesadillas durante años desde que, siendo un niño, presenció un terrible escenario en su interior. Ahora ha regresado para escribir su nueva novela y enfrentarse a los fantasmas de su pasado. Sin embargo, Ben no es el único forastero recién llegado al pueblo y la casa de los Marsten aún conserva oscuros misterios en sus sótanos.

A salvedad del gran incendio que tuvo lugar décadas atrás y el inquietante suceso ocurrido en la casa de los Marsten, ‘Salem’s Lot siempre ha sido un pueblo pequeño donde todos sus habitantes se conocen y nunca ocurre nada fuera de lo normal. Pero esa tranquilidad se resquebraja cuando el terror y la angustia se apodera del pueblo y muchos de sus vecinos comienzan a desaparecer y otros aparecen muertos.

Opinión personal

No suele ocurrirme, lo digo de veras, pero esta novela fue capaz de conseguirlo y no sé de qué manera. En alguna que otra ocasión, durante la noche, mientras leía algunos pasajes cómodamente arropado en la cama de mi dormitorio, no podía evitar levantar la mirada más allá del libro y dirigirla hacia la ventana, con inquietud, esperando encontrar una inesperada figura emergiendo de la oscuridad. Esta sugestión se debe a un manejo de la atmósfera exquisito por parte de Stephen King, capaz de describir con sumo detalle y sutileza la presencia del peligro en cada escenario, inyectando dosis de suspense en cada párrafo. Basta con que el protagonista perciba un ligero sonido procedente del piso de arriba, o se adentre en el más inquietante vacío que sugiere el silencio, para que el lector sienta esas mismas sensaciones y las traslade al mundo real. Y no es nada fácil, pero esta novela lo consiguió. Es la baza que mejor juega King con una historia en la que el Mal no enseña su rostro desde el primer instante; en su lugar se decanta por la insinuación, solo vemos sombras que se mueven rápidamente configurando formas que nos confunden y atormentan, oímos ruidos que no estamos seguros de haber escuchado y presentimos que hay algo más, oculto en la habitación, observándonos.

Ya con esta segunda novela el autor comenzó a tratar algunos de los temas que se repetirían a menudo en sus trabajos posteriores como, por ejemplo, la presencia de un escritor y/o docente («Escribe sobre aquello que conoces», suele decir), el acoso escolar, los niños, el alcoholismo, así como otros elementos que hacen de su obra algo tan personal.

Drácula de Stephen King

Las intenciones iniciales en las que se pretendía homenajear al famoso conde rumano de la novela de Stoker llegaron a buen puerto. La historia funciona de maravilla tratada como una revisión de Drácula llevándola a un contexto distinto, más moderno y urbano. Aun así, pese a la contemporaneidad del relato (situándonos en la fecha en la que fue escrito), mantiene las creencias y tradiciones acerca del mito de los vampiros que encontramos en numerosos relatos clásicos. Es por ello que estos vampiros no pueden acceder a una habitación sin ser previamente invitados, y para acabar con ellos o defenderse de sus viles mordeduras se precisan afiladas estacas de madera, crucifijos y ristras de ajos. Se pueden localizar varias referencias al Drácula de Bram Stoker, tanto menciones directas por parte de los personajes (lo que supone otro ejercicio muy propio del autor al introducir la ficción dentro su propia ficción), así como alusiones implícitas. Richard Straker (nótese el parecido fonético con el apellido del escritor irlandés) encuentra a su igual en R.M. Renfield, ambos personificaciones del fiel sirviente y emisario de su amo no muerto. Recomiendo leer el artículo Ellos de Bruce Mileccento publicado en la revista INSOMNIA en el que se analizan los paralelismos entre estos dos personajes. A su vez, se pueden ver vestigios del doctor experto en vampiros Abraham Van Helsing en el viejo profesor Matt Burke. Será este, precisamente, el encargado de organizar e instruir al valeroso grupo de personas que unirán sus fuerzas (y su fe) en una peligrosa misión para matar al vampiro Barlow.

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«Cuando le hayáis clavado la estaca debéis cortarle la cabeza, llenarle la boca de ajos y ponerlo boca abajo en el ataúd. En la mayoría de los relatos de vampiros, en los de Hollywood incluso, el vampiro se reduce instantáneamente a polvo al clavarle la estaca, pero es posible que eso no suceda en la vida real.»
Matt Burke
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Los chupasangres

Con esta historia el autor se acercó por primera vez —en lo concerniente a su obra— al mundo de los vampiros, un tema, diríamos, que no se encuentra demasiado presente en sus libros. Ha hecho incursiones, claro, aunque no tantas como uno cabría esperar, sobre todo de un escritor tan asociado al terror como él. No obstante, merece ser mencionada su participación junto al guionista Scott Snyder coescribiendo la serie de cómics American Vampire. En la introducción de este cómic Stephen King vierte —sin un atisbo de complejo— su más sincera y punzante opinión acerca de cómo debe ser un vampiro: “¿Qué deberían ser? Asesinos, cariño. Asesinos inmutables que nunca tienen bastante de esa sabrosa sangre grupo A. Chicas y chicos malos. Cazadores. [...] En resumen, se trata de devolverles sus dientes a los chupasangres, esos que los vampiritos dulces y tiernos les robaron hace tiempo”. Queda claro, pues, que el de Maine no es el más ferviente admirador de la saga vampírica creada por Stephenie Meyer; puede incluso que tampoco de las crónicas vampíricas de Anne Rice. Y, en efecto, los vampiros de El misterio de Salem’s Lot se alejan por completo de esa imagen edulcorada que ha predominado en los últimos años. King se aferra a las raíces del mito y libera a estas criaturas de la noche que, a pesar de su apariencia humana, son auténticas máquinas de matar succionadoras.

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«Y en el espantoso silencio de la casa, mientras seguía sentado en la cama, impotente, con el rostro oculto entre las manos, oyó la risa aguda, dulce, maligna de un niño...y después, la succión.»
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El misterio de Salem’s Lot en edición DeBolsillo

Edición de El misterio de Salem’s Lot publicada por Random House Mondadori (DeBolsillo) © 2008. Traducción de Marta I. Gustavino.


Un pueblo fantasma

Si aún no has leído nada de Stephen King es muy probable que desconozcas el gusto del autor por construir todo un mundo alrededor de sus personajes. Del argumento principal surgen ramificaciones que recorren cada recoveco del lugar donde se desarrollan los hechos, tal y como la sangre fluye por las venas de nuestro sistema circulatorio. Así, esta novela es más que una historia de vampiros, es la historia de un lugar y de las personas que allí trabajan, duermen, se relacionan, en fin, de la gente que allí vive. Y es por medio de las vidas de estos vecinos que uno conoce las entrañas de Salem’s Lot y los misterios que allí reposan. Lo que para muchos esto supone un relleno innecesario, para otros resulta un modo de enriquecer el contexto y dar mayor profundidad a los acontecimientos que se suceden en la novela. En caso contrario, no sentiríamos absolutamente nada por las víctimas que caen presas de estos chupasangres, dando lugar a otra insustancial página del muestrario del horror de serie B.

La propagación de los vampiros es utilizada como metáfora para describir una situación que, en nuestra realidad, se conoce como el adormecimiento de las ciudades; esto es la cada vez más incipiente desertización de pequeñas localidades sin industria ni actividad comercial que terminan convirtiéndose en fantasmales poblaciones dormitorio. En esta historia las víctimas se suceden poco a poco, de una en una, de modo que el vampirismo se instala en ‘Salem’s Lot sigilosamente, resultando en una especie de infección silenciosa que nadie advierte hasta que ya es demasiado tarde. Los vecinos de Solar (traducción de Lot y nombre por el que se conoce comúnmente al lugar) comienzan a sentirse mal, la luz directa del sol les hace daño, no salen de casa ni para acudir a sus lugares de trabajo. El pueblo muere lentamente y sus calles quedan deshabitadas.

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«Tanto la avenida como el parque estaban desiertos. Y desiertos habían estado durante la mayor parte del día. Era sorprendente que hubiera tan pocas madres con sus bebés, tan pocos ociosos sentados al sol junto al monumento a los héroes de la guerra.»
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Los personajes

Como bien saben los más acérrimos de Stephen King, los personajes son su especialidad. Es por ello que cuenta en su haber con varias obras corales repletas de personajes que se relacionan entre sí y que, a menudo, se ven sometidos a los funestos planes de una entidad maligna que habita el lugar (IT, The Tommyknockers, Needful Things, entre otras). ‘Salem’s Lot no es una excepción a esta regla y cuenta con un grupo de personajes principales dispuestos a hacer frente al peligro que acecha, escondido, en el lugar en el que viven. Todos estos personajes forman un grupo variopinto del que sobresalen especialmente el profesor Matt Burke, un hombre forzado a creer en lo sobrenatural cuando lo sobrenatural se cruza en su camino; el joven Mark Petrie, cuya afición a las películas de monstruos clásicos de terror le será muy útil para sobrevivir; y también la figura del Padre Callahan, un sacerdote que duda de su fe y ahoga a sus propios demonios con la bebida. Y si bien Ben Mears es el protagonista del libro, su rol se reduce casi al de un mero observador de los acontecimientos.

Pero no son estos los únicos personajes interesantes, a lo largo de los capítulos conocemos a otros vecinos del pueblo que, si bien no todos son esenciales ni se involucran siquiera en la trama central, logran captar nuestra atención con sus desdichadas vidas o con su simple cotidianidad. Tal es el caso, por ejemplo, del affaire que mantienen Corey y Bonnie a espaldas del celoso marido de esta; la desgracia de una joven Sandy McDougall y su bebé Randy viviendo en una caravana; y también la mala experiencia de Mike Ryerson, el encargado del cementerio, al dar sepultura a una de las víctimas. 

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«¿Cerradura y pasador? Pero ¿por qué, en nombre de Dios, se le ocurría a alguien poner una cerradura en un ataúd? ¿Acaso pensaban que alguien iba a tratar de entrar? Eso tenía que ser. No podían pensar que alguien tratara de salir...»
Mike Ryerson
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Si te gusta El misterio de Salem’s Lot...

...saborea la sangre derramada en las viñetas de la serie de cómic American Vampire y clava tus afilados colmillos al relato El piloto nocturno publicado en la antología Pesadillas y alucinaciones. Además, puedes complementar la lectura de esta novela con los cuentos Los misterios del gusanoUn trago de despedida.


Espero que te haya gustado la reseña y ahora sientas interés por esta novela. Anímate a leerla y déjame tus impresiones en los comentarios.

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Valoración: 🎈🎈🎈🎈🎈

Elegante y atmosférica novela de vampiros. Moderna y clásica al mismo tiempo.

Comentarios

  1. Otra más a la lista, no voy a dar a basto. Me pillas en un momento que me había propuesto recuperar lecturas de libros que con tanto comic los tenía apartados. Tus recomendaciones me vienen de lujo, aunque tenía unos en la lista de pendientes que cada vez bajan más. Casualmente Drácula se convirtió en mi favorita en el momento en que la leí por primera vez, así que tengo ganas de incarle el diente a esta.

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    1. Yo me encuentro en una situación muy similar a la tuya. De momento, he aparcado el cómic y me estoy centrando en otras lecturas (especialmente de Stephen King, claro está). Si te gusta «Drácula» creo que disfrutarás mucho con esta. No comparte la estructura epistolar de la novela de Stoker (el homenaje habría ido demasiado lejos), pero ya verás que en muchos otros aspectos se dan la mano.

      Gracias por pasarte y comentar.

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  2. Estupenda reseña sobre una de las mejores novelas del maestro (ya casi hablamos como si fuéramos fieles servidores del gran vampiro de Bangor, Maine). Solo dos cosas sobre esta novela, porque tengo una tendencia bastante enojosa a enrollarme, abusando del espacio ajeno. La primera. Totalmente de acuerdo contigo en que "Salem´s Lot" es una novela de miedo que da miedo; o sea: no causa algo de inquietud, malestar o, lo que sería peor, sopor o risa; no: esta novela es absorbente, se lee en un plis plas, aun siendo bastante larga, pero es que, ante todo, su lectura hace que levantemos de vez en cuando la mirada del libro, proyectándola por toda la habitación, por si las moscas (o los vampiros). Yo lo leí así, en estado de alerta, y bastante acojonado. Otras personas que lo leyeron, me dijeron que ellos también habían pasado miedo. Si la principal misión de la literatura de terror es dar miedo, esta novela merece el 10. Pero es que además es una buena novela, muy bien escrita, perfectamente estructurada en distintos cuadros costumbristas, que poco a poco van derivando hacia el horror más absoluto: todo confluye armoniosamente hacia la caza y captura del mal, del vampiro. La aparición del monstruo, ya bien avanzada la novela, es sencillamente magistral (después del viajecito cómico-terrorífico del ataúd en el camión). Algo se olían los conductores, y nada bueno.

    Segundo. "Esta novela más que una historia de vampiros es la historia de un lugar y la gente que allí trabaja." Exacto; y en una frase. Stephen King, para mí con la mejor técnica literaria y un conocimiento maravilloso de las claves del género, hace derivar el horror de lo cotidiano, lo que dota a este de gran verosimilitud y da más miedo, y no lo cotidiano del horror, lo que podría llevar al ridículo o al humor, involuntario o no (la Familia Monster o algo parecido). Salem´s Lot es un pueblo normal en donde empiezan a pasar cosas que no lo son. Esta premisa, lo inexplicable y horrendo, malo, que irrumpe en lo cotidiano, bueno, que es el abc de la literatura sobrenatural, King la lleva a rajatabla desde la primera a la última página, y por eso su novela es tan buena, canónica, clásica. Los vampiros son criaturas frías, elegantes y crueles, como dejó sentado Polidori con Lord Ruthven y luego Stoker, verdaderos monstruos espeluznantes, y no otra cosa; no son personas con colmillos y algo más pálidas de lo normal; son cadáveres vivos, no tienen sentimientos, solo obedecen a su sed de sangre. King demuestra que un vampiro clásico en un pueblecito contemporáneo de Nueva Inglaterra puede dar tanto miedo como en la noche sin luna de los Cárpatos. Chapó, maestro.

    Ya termino: recuerdo una página en especial de esta novela imprescindible. Aquella en la que King nos enlaza un montón de conversaciones incompletas de los vecinos del pueblo a partir de las vibraciones de los hilos de un poste telefónico. Metáfora perfecta del microcosmos que es Salem´s Lot. De su trama humana. Esto para los que dicen que King no sabe escribir. Lo que pasa es que no lo saben disfrutar.

    Saludos cordiales y mucho ánimo para seguir adelante con este excelente blog.

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    1. Muchas gracias, y no te apures, es todo un placer encontrar a personas tan dispuestas a la hora de volcar sus impresiones. Creo que uno de los factores clave del porqué sentimos miedo al leer esta novela es su contemporaneidad. Trasladar la imagen arquetípica del vampiro clásico a un contexto moderno y reconocible para nosotros le da una mayor verosimilitud al relato. Y si a eso le sumamos la fórmula secreta de Stephen King para focalizar ese terror en lo cotidiano, con su personal (y en este caso muy cuidada) narrativa, entonces, logra un nivel de sugestión que traspasa las páginas.

      Ahora que lo mencionas, también recuerdo ese pasaje. Es como un torbellino de conversaciones inconexas. Me gusta el modo en el que se describen esas voces que suenan a través de los hilos: «Si se apoya la mano sobre ellos, se siente en lo hondo de la madera la vibración de los hilos, como si palpitaran, prisioneras, almas que pugnan por liberarse».

      Por mi parte, aquí seguiré, preparando más reseñas y próximos artículos. Gracias de nuevo y otro saludo para ti.

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